La alimentación es uno de los pilares más importantes para tener una vida sana junto con el ejercicio físico y una mente libre de agobios y de estrés. Cuando llevamos correctamente estos pilares, nuestro cuerpo lo agradece y también nosotros, ya que sentimos una fuerza interior que nos motiva a diario para realizar cualquier objetivo que tengamos en mente. Dentro de la alimentación, existen alimentos, como el jamón serrano, que generan muchos debates respecto si son buenos o malos en una dieta deportiva, por este motivo vamos a explicar en este artículo los pros y contras de comer este alimento.
¿Es bueno tomar jamón serrano si eres deportista?
Esta es una de las preguntas más habituales que se hacen los deportistas cuando comienzan una rutina de entrenamiento o incluso para aquellos que quieren bajar peso. Como nos recomienda este entrenador personal de Granada de BalanceGymBoutique, la alimentación es clave para un buen rendimiento a la hora de conseguir los objetivos o metas que un atleta se ha propuesto, ya bien sea a nivel profesional como particular. Además, los nutrientes que aporta una buena dieta deportiva, llena de vitaminas y minerales esenciales hace que sea menos frecuente la aparición de lesiones o que incluso el periodo de recuperación de las mismas se vea acortado.
En el caso del jamón serrano, nos encontramos con un producto que los especialistas recomiendan por varios motivos, tanto si estás adelgazando como si estás entrenando para una competición. Para comenzar a analizar este alimento, tienes que saber que cuenta con un gran porcentaje de proteínas, por lo que ayuda tanto a los deportistas que siguen una dieta con mayor cantidad de alimentos proteicos, como también para reducir el peso corporal. Cabe destacar que la proteína del jamón serrano es de enorme calidad, puesto que a diferencia de otros alimentos, no cuenta con tantos hidratos de carbono, por lo que casi se le considera un alimento proteico puro. Ese casi se relaciona directamente con la grasa del jamón, encontrada en sus partes blancas o cebo y es esta la que más discusiones genera al respecto si se debe tomar o no en una dieta deportiva.
La grasa que aporta el jamón serrano y en especial el ibérico son las denominadas grasas buenas, es decir, aquellas que ayudan a bajar el colesterol malo de nuestro organismo y hacen subir el bueno, se podría decir que el ácido oleico es similar al que consumimos con el aceite de oliva virgen extra, aunque claro está, cuanto de mayor calidad sea el jamón serrano que vayamos a consumir, mejores propiedades tendrán.
¿Puedo tomar jamón serrano cuando entreno?
A diferencia de otros alimentos de origen animal, el proceso de digestión del jamón ibérico es rápido y no genera mayores problemas, por lo que no causará pesadez de estomago ni nada por el estilo. En algunos deportes es conocido que se promueve por su fácil absorción y porque consigue mejorar el rendimiento de los músculos, dándole mayor potencia y logrando que, en mucho menos tiempo, el cuerpo se adapte a la carga de trabajo y sea más productivo.
Además de lo anteriormente dicho, contiene una gran cantidad de vitaminas del grupo B, por lo que ayuda a regular el metabolismo de nuestro organismo, consiguiendo que perdamos más grasa y que la energía que tenemos en el cuerpo reservada se queme más rápidamente. Otro de los beneficios se encuentra relacionado con el sistema nervioso, como también con nuestro cerebro, ya que ayuda a concentrarse mejor, como también a coordinar en cualquier entrenamiento, ya bien sea de precisión o de resistencia.
Como has podido descubrir en este artículo, hay muchos motivos por los que añadir jamón serrano a tu alimentación si estás entrenando. A pesar de esto, te recomendamos que, si estás siguiendo un entrenamiento o una dieta deportiva profesional o de competición, pidas consejo a un entrenador personal o a un nutricionista, ya que estas personas son especialistas en el sector y conseguirán darte indicaciones más precisas tanto para el deporte que estás practicando, como también para aquello que deseas lograr, ya bien sea ganar masa muscular, perder peso o incluso tonificar tu cuerpo, ya que para cada meta necesitarás una cantidad de alimentos o nutrientes en tu organismo, como también un tiempo de ejercicio y una intensidad variada para que puedas conseguir aquello que tanto deseas.